Llueve… Y aunque se haya escapado de tu memoria, alcanzas a recordar haber leído por ahí, que se avecinaría un mal tiempo… Pero como no crees en los pronósticos, decidiste salir porque el día estaba soleado.
Como siempre, el clima se mofa de ti, y vuelve a reírse en tu cara… Mientras te empapas con cada gota de agua que sobre tu cuerpo cae, te repites sin cesar, que jamás olvidarás llevar siempre contigo el paraguas. Porque la primera vez puede ser una sorpresa… La segunda, es falta de precaución… Pero la tercera ya es costumbre, y no puede ser catalogada como coincidencia.
Se puede amar la lluvia… Pero el derrame imparable de agua, puede hacer que se desborde, el más quieto manantial…
Se puede querer al Sol… Pero una exposición en exceso, sobre todo cuando se está al descubierto, puede incluso hasta quemar…
Por eso es que la misma naturaleza no se cansa de enseñarnos, que dar todo sin medida… Puede llegar a dañar.
Todo en su término medio, ahí está la virtud dicen.
Saludos,
Nada más cierto que eso que acabas de decir Gavi.
Besos,
…
Brutal.
(verdades como puños poéticamente hablando).
…
Saludos.
Me entendiste a la perfección Pau…
Abrazos,
Asi es hay lluvias que arrastran o ahogan, como sol que provoca insolacion o cancer de piel. Pero como ser humano al fin, a veces se nos olvida el paragua!!
Muy cierto eso… Es nuestra condición de humanos, lo que nos hace pasar por las mismas cosas una y otra vez…
Abrazos,
«dar todo sin medida… puede llegar a dañar».
Me encaaaaaaaaaaanta
Gracias Lati…
Abrazos 🙂
Mojarse tanto demasiado desgasta… ademas provoca resfriados emocionales. Lo peor es el querer insistir en que en algún momento detendré la lluvia, solo porque así lo deseo. Que falacia.
Muy acertadas tus palabras… Realmente es así; No se puede detener la lluvia, pero si anuncian que lloverá, entonces recordemos que alguna vez nos mojamos, por olvidar el paraguas.
Besos,
Todo en exceso hace daño… hasta confiar… hasta amar…
Me entendiste perfectamente Marga… Hay mucha razón en tus palabras.
Abrazos,
Y ese olor a tierra mojada, respiras y te inundas de frescor… mmmm
Porque eso provoca la lluvia cuando es serena… Y entre gotas empapa tus sentidos… Salpica tu alegría y acelera tus latidos…
Abrazos,
Qué bonito!!. Un beso
🙂
El sol cálido, abraza y quema. La lluvia, limpia, tranquiliza, relaja y nos enfrenta nuestros temores desnudándolos y haciéndonos consciente de ellos. El dulce y húmedo abrazo de la lluvia nos anima a continuar libre de ataduras…
Paraguas, ¿para qué? Hay que dejarse abrazar por lluvia y disfrutar de la libertad que nos provee.
Besos
Lo malo es que hay lluvias que arrastan… Calores que asfixian… Aguas que ahogan… Soles que queman.
Un abrazo,